Otras mentes
Esta es la típica historia de muchas mentes desperdiciadas, rebosantes de talento pero sin acceso a las oportunidades de desarrollarlo. Afortunadamente, yo me libré de seguir ese guion: gracias al continuo apoyo y aliento de mi familia, encontré maneras de alimentar mis dones, ya fuera visitando con frecuencia las bibliotecas locales, montando representaciones teatrales con mis hermanos, jugando al Scrabble o recitando poemas con los pocos amigos que tenía la suerte de hacer. A medida que mi confianza y mis habilidades sociales fueron mejorando, también lo hizo mi capacidad de expresar bellos paisajes mentales de palabras, números e ideas que llevaba en el interior de mi mente. Al fin empezó a irme bien académicamente, por mucho que otros aspectos me siguieran costando, y poco a poco aprendí a confiar en la competencia de mi mente para hacer cosas maravillosas. También me di cuenta de que mi diferencia constituía una gran ventaja, que no era la carga que durante mucho tiempo había temido que fuese; y vi que era posible aceptarme tal y como era y soy.
Daniel Tammet, 2009. La conquista del cerebro. Un viaje a los confines y secretos de la mente. Blackie Books S.L.U. 2018. pp 46
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