Descubriendo a Nazareth Castellanos: El puente donde habitan las mariposas.

¿Decidir o querer? Decidir significa cortar, dejar de lado, poner un fin o resolver algo, según su etimología latina. Querer, sin embargo, viene de buscar, de requerir, de pedir o suplicar. Al decidir, estamos dejando atrás alguna parte de nosotros. Al querer, buscamos rellenar el hueco con un nuevo ser. Renacemos, crecemos o aprendemos cuando decidimos queriendo. Desde que nacemos, y mucho antes, la historia de la vida va esculpiendo nuestra biografía. Para algunos con más fortuna que para otros, pero nadie escapa al impacto de sus circunstancias. Imaginemos dos rocas. No, mejor dos diamantes. Imaginemos dos diamantes que lanzamos desde la cima de una montaña. Esa caída libre, sujeta a la fricción del terreno, les irá dando forma. Uno chocará con un pedrusco puntiagudo que abrirá una grieta en uno de sus lados. El otro puede que atraviese un charco fangoso que lo pringará impidiendo que brille. Si tiene suerte, se encontrará con un riachuelo que lo limpie. Solo si tiene suerte. Esa caída libre, a la deriva, los convertirá en cantos rodados. Ninguno de los diamantes ha tenido la ventura de la intención: no ha podido elegir por dónde bajaba la montaña. Su forma ha quedado en manos de un azaroso entorno. No han podido «decidir queriendo» llegar al valle con todo su brillo. Todos hemos conocido a bastantes cantos rodados, personas que no han sabido o no han podido servirse de la intención para esculpirse, para buscar ese riachuelo que los limpie o para acercarse a un rosal e impregnarse de la delicia de su olor. Esos cantos rodados sufren. Y hacen sufrir. Las piedras no pueden «decidir queriendo», pero el ser humano sí. Este es el aliento de este libro: buscar en la filosofía europea y en la neurociencia qué es «decidir queriendo», esa intención de cuidarnos para encontrar una mejor versión de nosotros mismos.


Castellanos, Nazareth. El puente donde habitan las mariposas . Ediciones Siruela. Edición de Kindle. Posición 96-111


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